miércoles, 21 de enero de 2009

BAYREUTH EN BARCELONA, 1955

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Conservo la imagen en el recuerdo: Las Ramblas de mi ciudad, Barcelona, con banderolas a todo lo largo del paseo anunciando los Festivales de Bayreuth por primera vez fuera del santuario que Wagner proyectó para su obra.
Sucedió en abril de 1955. La orquesta entera del Festspielhaus con sus directores, cantantes y aparato técnico, de la mano de Wieland y Wolfgang Wagner, nietos del maestro, se trasladó a Barcelona que siempre fue musical y wagneriana. Dos conciudadanos ilustres, los señores Don Joaquín Marsillach y el Doctor Letamendi, habían difundido ampliamente en sus escritos la obra Wagneriana durante el último tercio del siglo XIX, José Anselmo Clavé fue el primer introductor de Wagner entre nosotros y además, en 1901 se fundó la "Associació Wagneriana" de Barcelona. Tuvimos también el precedente de 31/12/1913 cuando fuimos la primera ciudad del mundo que, tan pronto venció el plazo legal en que solo podía representarse en Bayreuth, estrenó el Parsifal completo adelantándose así en un día al resto de ciudades europeas, que lo hicieron a partir del 1/1/1914, próximo el estallido de la gran guerra. El tenor catalán Francisco Viñas fue un entusiasta intérprete de Wagner, hasta el punto de que la calle Segaró del pueblo de Moià donde vió la luz, lleva hoy el nombre de Wagner. Mundialmente conocido, actuó en una de sus giras europeas en el Covent Gardner de Londres y la Reina Victoria de Inglaterra, impresionada por la calidad de su voz, organizó en 1891 un concierto en el castillo de Windsor y llegó a poner a su disposición un tren privado especial para facilitarle llegar hasta él.

Desde luego Barcelona fue de las primeras ciudades en acoger entusiasta el concepto Wagneriano de arte total. La Asociación Wagneriana de Barcelona, antes citada tuvo en Don Joaquín Pena, crítico musical, un entusiasta admirador que tradujo al catalán los dramas wagnerianos emprendió la tarea titánica de adaptar la métrica a la música, publicó obras teóricas y editó las óperas del maestro. Conservo en mi biblioteca personal un Tanhauser con partitura para piano, y bella portada modernista de A. de Riquer que reproduce integramente el texto de la obra en alemán con la correspondiente traducción al catalán, publicado en Berlin en 1908 por Adolf Fürstner y la Asociación Wagneriana de Barcelona que puede verse en la página que dedico a la bibliofilia en mi web: (http://romanabades.com/bibliofilia.htm) (comentario al libro número cinco:"Tanhäuser y la Tençó de la Wartburg")

Programa Oficial del evento (clik para verlo)
Resulta curioso repasar la prensa de la época y ver el alto nivel de los análisis críticos que dedican al análisis de los eventos. En la Vanguardia de dos de enero de 1914 se examinan en primer lugar los aspectos doctrinales del Parsifal centrados en el aspecto cristiano de la obra así como las dos actitudes distintas de Nietzsche con Wagner y la opinión de Marcelino Menéndez Pelayo, en segundo lugar el aspecto músical y escénico de la obra y solo luego se comenta el trabajo de los cantantes, entre ellos nuestro Francisco Viñas, en total tres páginas enteras se dedicaron a la representación de la que se destaca que se llevó a cabo sin recorte alguno, con un total de seis horas de música que exigieron mucho al público devoto de nuestra ciudad, primera del mundo en que se representaba después que hubiese vencido el período en que no podía ser representada fuera de Bayreuth.
En 1955 , concretamente en el número del día dos de abril, previo a la primera representación que principió también con Parsifal el comentario se toma una licencia poética que entresacamos por su interés ya que parece no ignorar ninguna de las especulaciones a que diera lugar el hecho de que Wagner, situara el Castillo del Gral "en algún lugar septentrional de la España gótica" y el jardín del malvado Klingsor, Kalot Embolot, "en la vertiente sarracena" , basándose en la obra de Von Schembach, que posteriormente analizó Otto Rahn, los siguientes párrafos del artículo "El espíritu de Wagner desciende sobre Barcelona" que firma Arturo Menéndez Aleyxandre:
"¿Por qué viene el espíritu de Wagner a Barcelona, encarnado en la legión total de sus genuinos intérpretes? ¿Acaso para acercarse cuanto le sea posible a la montaña mística por antonomasia: al Montserrat esotérico bajo cuyas piedras fantasmales quizás se halla oculto el tesoro de los tesoros, la más rica de las minas, aquella fuento de Amor, Vida y Luz que jamás se extrajo y a la que Wagner dedicó ese "Montserrat" de armonías todavía no superadas por ningún hombre, que se llama Parsifal"
Páginas de La Vanguardia ene 1914, abr-may 1955 (hacer click)

Reportaje del NO-DO sobre los festivales