lunes, 7 de julio de 2008

Cuatro Lieders de Schubert


Los lieders de Shubert representan, a mi modo de ver, una de las cumbres del romanticismo alemán. Schubert, como Schumann cuyos lieder son aun más bellos si cabe, fue un formidable lector de la poesía de su tiempo; tanto de la de sus contemporáneos como de la de la generación que le precedió. Con ese material hizo sus canciones inmortales. El gran Goethe no se dignó acusar recibo de esas composiciones, con ser tan hermosas. Sin embargo había fascinado a Schubert y no solo a él: La práctica totalidad de los románticos musicó los poemas de Goethe. Hará unos treinta años andaba yo buscando febrilmente , una edición española de “Wilhelm Meister”, que me ayudara a entender por qué la casi totalidad de los compositores románticos habían tomado como personaje a "Mignon", una niña raptada por gitanos que ve un padre protector en Wilhelm y añora la tierra de sus recuerdos, por otra parte trasunto de la profunda atracción de Goethe por Italia, esa especie de flechazo del intelectual nórdico por los cielos y la luz mediterránea que describe Otto Rahn en las primeras páginas de su “Kreuzzug” contando su llegada al sur de Francia.

He seleccionado cuatro canciones de Schubert, la primera de ellas, sobre un poema de Goethe, tal vez de las mas, conocidas: "Rösslein auf de Heiden". Provisionalmente, la traducción al español ,es propia porque aun no he encontrado otra medianamente aceptable. Todas traducen "Röslein" pof “pequeña rosa” , ponen artículos innecesarios donde no figuran en el original, o traducen "Heiden" por erial. Ese mal uso de nuestros recursos idiomáticos me irrita profundamente. No veo la razón de esa contaminación inglesa, traduciendo del alemán que también usa graciosos diminutivos. Espero encontrar pronto la que Goethe se merece y si antes es un lector quien conoce una, agradeceré que me lo comunique. Le sigue "Die Forelle"una delicia cuya parte de piano evoca el discurrir del agua donde evoluciona la trucha. A continuación "An Silvia" escrita por Shakespeare dos siglos antes y traducida al alemán por Eduard von Bauenfeld, de quien la tomó Shubert, y finalizo con el primer cuadro de "Die Schöne Müllerin" de Schubart. Esa canción tiene un ritmo encantador y el lindo efecto estrófico de empezar y terminar la frase con la misma palabra tomada como simbolo del movimiento. El molinero ha aprendido a andar del agua, de la rueda e incluso de las "mismas piedras". Kazantzakis en "Alexis Zorbas" hace una observación análoga cuando el vitalista Zorbas dice sorprendido que las piedras "estan vivas" al verlas rodar cuesta abajo.
He elegido a Fritz Wunderlich como interprete y he incluido otra interpretación de "Der Wandern" a cargo de Peter Pears acompañado al piano, nada menos que por Benjamín Britten.

En el SlideShare puede leerse la letra de cada lieder.