miércoles, 14 de mayo de 2008

Jacqueline, en el recuerdo

Hoy he vuelto a ver el video que incluyo en esta entrada. Una de las primeras cosas que hice cuando lo descubrí en YouTube fue compartirlo con mi tutor de doctorado, el doctor Josep Fortiana, inolvidable profesor, excelente matemático y gran amante de la música. No me resisto a compartirlo ahora contigo, desconocido lector o lectora de estas líneas. Espero que te emociones con él como yo lo hago cada vez que vuelvo a verlo. Jacqueline Du Pré además de tocar el violoncelo como un ángel fue una mujer muy atractiva, compleja e incomprendida como todos los seres realmente grandes. Para convencerse de ello y dolerse de su soledad y angustia en los momentos mas duros de su vida, hay que leer el libro tristísimo que escribieron sus hermanos Hillary y Piers, que tanto irritó y dolió a sus incondicionales.

Disfruta de la gracia inefable que desprenden sus movimientos, de su encanto y atractivo, y del alma que habla a través de sus ojos. Nos cuenta, con su voz tan femenina, la historia de su idilio con el violoncelo desde niña, y su particular manera de entender la música. Se mueve por las calles de Londres, con la gracia y el encanto de una gacela. Te recomiendo muy especialmente la última parte del video, donde aparece tocando a duo con su profesor, William Pleeth, al que cariñosamente llama "Daddy Cello". Quienes hemos tenido la dicha de hacer música con personas muy queridas - rindo aquí un recuerdo a mi añorada profesora de piano, Doña Isabel Loras de Millet - sabemos que esa música tiene el sabor y el aroma del paraiso perdido.


No hay comentarios: